En
la Gloria
Álvaro acababa de
separarse y tenía prisa por vivir. Era como si el hastío y la monotonía de los
ocho años de matrimonio que había vivido los tuviera que recuperar de golpe. Salía
asiduamente, buscando el hueco de unos brazos donde refugiarse, aunque casi
siempre acababa pagando unos minutos de compañía en uno de los muchos burdeles
que se asentaban en la ciudad. Los chats de internet, se convirtieron en
acompañantes asiduos cada noche. Fue así como conoció a Gloria. Ella, tenía
veinte años y hacía apenas un par de meses que se había venido a la capital para trabajar en una casa como interna y poder combinar el
trabajo con los estudios. Por la noche, al terminar su jornada, se metía en su
cuarto y encendía el ordenador para tomar apuntes sobre la materia que quería estudiar. La encantaban los niños
y estaba segura de que algún día tendría su propia guardería. Gloria no era muy
asidua de los chats pero esa noche decidió meterse en uno de los muchos que hay
en la red y fue allí donde coincidió con Álvaro. Estuvieron conversando un par
de horas y se citaron para el domingo que era el día que Gloria tenía libre.
Cuando se conocieron aunque él era ocho años mayor, se cayeron bien y
comenzaron una relación en la que solamente se veían un día a la semana. Álvaro
la había contado muchas verdades a medias. Es cierto que trabajaba en un banco,
pero no era subdirector, sino un empleado. Tampoco era cierto que su matrimonio
se hubiera acabado a consecuencia del desgaste, sino por sus continuas infidelidades.
Después de dos meses, un día, Gloria le dijo a Álvaro que se había quedado
embarazada. El mundo se le cayó encima cuando lejos de hacerse cargo de ese
niño que venía en camino, Álvaro se inventó mil excusas para salir huyendo.
<< Creo que no estoy preparado para esto>> <<Si tu quieres
tenerlo estás en tu derecho pero aunque me hiciera cargo de su manutención,
siempre le faltaría el cariño de un padre>> <<Lo mejor es que
abortes y con el tiempo, cuando estemos preparados podremos tener más hijos.
Por supuesto, yo correré con los gastos>>. Gloria entendió que no podía
contar con Álvaro y su situación no era la más idónea para sacar a un hijo
adelante. No tenía madre y si se presentaba en el pueblo embarazada no
encontraría la ayuda de su padre. Tampoco podía perder ese trabajo. Con todo en
su contra y muy a su pesar no la quedó más remedio que deshacerse del bebé.
Puso una excusa en su trabajo para poder disponer del fin de semana completo y
consumó el aborto. Lo pasó bastante mal ya que tuvo complicaciones y estuvo
sangrando un par de días. El domingo por la noche y aún sin estar recuperada
abandonó la habitación de la pensión donde se hospedaron. Un ya te llamaré por
parte de él, fue todo. Gloria tuvo que seguir con su vida ya que no volvió a
saber de Álvaro.
Diez años después la vida hizo que se
encontraran de nuevo. Un día, Álvaro tuvo que ir a recoger a su sobrino a la
guardería. Era un favor que le había pedido su hermana ya que ella no podría ir
esa tarde. Cuando entró se dio de bruces con Gloria. Aunque el paso de los años
había pasado para los dos, se reconocieron nada más verse. En ese instante,
Álvaro se arrepintió de haber dejado escapar a Gloria. Se había convertido en
una belleza espectacular de veintiocho años. Se la veía más mujer y muy segura
de sí misma. Se saludaron y después de una escueta conversación Álvaro recogió
a su sobrino y se marchó. Se había quedado tan prendado de Gloria que comenzó a
ir cada día a recoger a su sobrino con la intención de intentar retomar lo que
hace años tuvieron. Ninguno de los dos se había casado y Gloria volvió a
dejar seducir por Álvaro. Después de un año de estar saliendo, decidieron
casarse. Hicieron los preparativos de la boda. Álvaro estaba enamorado hasta el
tuétano y quería que ese día fuera espectacular. Además ahora, sí se lo podía
permitir ya que había ascendido a subdirector y su sueldo no era malo. El día
de la boda, Álvaro esperaba a Gloria a la puerta de la iglesia. Siguiendo la
tradición ella se retrasó, aunque no demasiado. Cuando el sacerdote pronunció
las palabras << Quieres a Gloria por esposa y prometes amarla y
respetarla etc...>> Álvaro emocionado y con los ojos llorosos se apresuró
a decir <<Si quiero >> El cura, volvió a repetir lo mismo para Gloria.
Ella se giró y mirándole a los ojos comenzó diciendo. << No, no quiero a
Álvaro por marido >> No quiero a un hombre que no sabe respetar ni
respetarse. No quiero a un hombre que es capaz de dejar a su compañera en la
estacada. No quiero a un hombre que no sabe resolver los problemas y no quiero
a alguien que es capaz de matar a su propio hijo antes de que nazca. Una vez
dicho esto se dio media vuelta y salió de la iglesia. Nadie se esperaba todo
aquello y se quedaron conmocionados, pero ella se sentía muy bien. Había
impartido justicia ante la injusticia que un día la hicieron a ella y a su
hijo. Nunca su nombre tuvo tanto sentido. Ahora, más que nunca, se encontraba
en la Gloria.
Luis
Renedo de la peña.